
El nombre de esta céntrica calle malagueña deriva de los olleros que durante la Edad Moderna se instalaron en ella para ejercer su oficio. Sin embargo la zona era al menos desde época taifa el principal centro alfarero de la ciudad, excavaciones en la propia vía y en la vecina calle Parras así lo atestiguan. La calle pese a haber sido objeto de intervenciones realmente criticables, conserva algunos interesantes ejemplos de la arquitectura civil deciochesca, como pueden ser la sede actual de la iglesia evangélica o la casa nº 15. Por otro lado podemos observar una bella portada monumental que abre paso a través de una reja de forja a una callejuela perpendicular a la calle Ollerías, su estado es lamentable aunque bastaría con una sencilla restauración para adecentarla. El resto de las imágenes corresponden a la calle Cristos, la casa nº 25 de la calle, y a la fuente del mismo nombre. Pese a que esta última fue reparada hace pocos años, lo cierto es que presenta una imagen muy deteriorada, rodeada de grafitis y con palpables humedades sobre el paredón de ladrillos, por no hablar de la taza de mármol a la cual le faltan algunos fragmentos. Esta fuente forma parte de la distribución de aguas a la ciudad tras la finalización del acueducto de San Telmo. Por último llamar la atención sobre la vivienda colindante, la cual según la cartela sobre la puerta corresponde a 1835. Seguramente corra la misma suerte que su edificio colindante, sobre cuyo solar se levantó una construcción actual, que sin guardar la estética de la calle, cubrió la fachada de mármoles a la vez que retranqueó la calle, con la consiguiente pérdida del encanto que este lugar tuvo en otro tiempo. (la imagen antigua está tomada de malagaenblancoynegro)