lunes, 23 de julio de 2012

Palacete barroco en calle Madre de Dios nº10






El desarrollo urbano de las calles Madre de Dios y aledañas debe mucho a la instalación en 1509 del convento de la Merced en un espacio situado frente a la antigua puerta de Granada, lugar donde las fuentes indicaban que se guardaba el ganado en época medieval y del que los cronistas cristianos dan una imagen baldía. La construcción del convento y la pacificación del reino de Granada, supuso que paulatinamente la población se fuese instalando en este antiguo arrabal musulmán. Así ya en planos del siglo XVII aparece una primera configuración de la zona. Pero es en el siglo XVIII cuando estas calles se pueblan de edificios barrocos en lo que podemos calificar como un “urbanismo ilustrado” a pequeña escala, con calles rectilíneas y de una anchura considerable para la época. La zona cambió bastante durante el siglo XIX a raíz de las desamortizaciones, las cuales afectaron al Convento de la Merced, que fue clausurado y convertido en cuartel para posteriormente ser demolido –a excepción de la iglesia que fue destruida en los sucesos de 1931 y demolida por el obispado en los años 60-. Así se abrieron nuevas vías (como las calles Gómez Pallete y Ramos Marín) a la vez que la pujante burguesía local elevó el “Circo de la Merced” en el lugar que años después habría de ocupar el Teatro Cervantes.

El edificio al que hoy nos referimos es el nº10 de la calle Madre de Dios, una obra entre medianeras cuya construcción debe situarse en la última década del siglo XVIII, siendo un excelente ejemplo del barroco-clasicista en la ciudad y mostrando similitudes estilísticas con otros edificios coetáneos.

En el primer tercio del siglo XIX  se debió acometer alguna reforma de importancia que entre otros cambios supuso la sustitución del tejado por una azotea, haciendo referencia de “1833” una cartela situada sobre la clave central de la puerta de entrada.

Su fachada se compone de un bajo y entresuelo englobados homogéneamente, dos alturas, y una azotea cerrando el conjunto. La fachada es prácticamente simétrica, otorgando a la composición una gran armonía en cuanto a las proporciones y decoración. En el centro se sitúa una esbelta portada de pilastras dóricas cajeadas que se desarrollan en altura hasta el primer piso sosteniendo un entablamento muy moldurado.

El dintel de acceso aparece adovelado y con una cartela en la clave central que corresponde a un periodo posterior al de su construcción, así se indica “N21/M.104/1833” (nº21 -hoy es el nº 10-, manzana 104, año 1833) Sobre la puerta se abre un óculo cuadrifoliado de gran belleza cerrado con una artística reja de forja. A ambos lados de la portada se abren sendos balconcillos, habiéndosele añadido, ya en el siglo XIX, un cierro al de la izquierda.



Una gruesa imposta separa el cuerpo inferior de la primera planta, la más monumental de todas, cuenta con tres huecos unidos por un balcón corrido de escaso vuelo, los vanos aparecen enmarcados por una gruesa moldura plana, siendo rematados por frontones, curvos los de los extremos y triangular el central. Este esquema guarda un gran paralelismo con el inmueble nº 18 de la Alameda principal –hoy sede de la Delegación del Gobierno andaluz-, siendo ambos muy cercanos en el tiempo y estando muy influidos por las obras que se desarrollaban en la Aduana, edificio que introdujo el neoclasicismo en nuestra ciudad.
En la tercera planta se abren tres balconcillos volados, estando el central coronado por un cierro poligonal de madera muy similar al de la entreplanta.

 Vista del nº18 de la Alameda Principal, con el mismo modelo arquitectónico en la primera planta.

La azotea se cierra mediante una reja de forja entre recios pilotes coronados por lo que parecen ser cestos o macetones correspondientes al siglo XIX.

En los extremos de la fachada habría que destacar los sillares almohadillados que la recorren en altura enmarcando el conjunto.

En su interior sabemos de la existencia de un patio alargado del cual no podemos hablar dada la imposibilidad de acceder al mismo y a la inexistencia de imágenes.

Después de años de abandono, el estado del inmueble es bastante preocupante, más cuando carece de protección arquitectónica, algo que es difícil de comprender en un palacete de tanta calidad arquitectónica. Además se ha instalado una red para dar el aspecto de “peligro” a la vez que se han dejado abiertas las ventanas para favorecer que las aves y la humedad deterioren el conjunto.

Por ello vamos a promover una campaña para exigir que se adopten medidas efectivas encaminadas a la protección efectiva de este inmueble y en los próximos días se colgará un modelo para ser presentado en urbanismo.

Queremos agradecer a Jose Luís López el habernos facilitado las imágenes.

jueves, 5 de julio de 2012

Demolición del nº 22 de la calle Cobertizo del Conde



Tal y como nos temíamos el edificio nº 22 de la calle Cobertizo del Conde ha comenzado a ser demolido esta semana tras décadas de abandono y dejadez apoyados por unas instituciones incompetentes en lo que a la salvaguarda del Patrimonio Histórico-Artístico se refiere.

Se pierde así un edificio que albergaba los únicos ejemplos documentados en la ciudad de estípites en pintura mural (tema tratado por nosotros en varias ocasiones), y se atenta nuevamente con un entorno que si bien se encuentra en un lamentable estado de conservación aún conservaba el aire y el paisaje de centurias pasadas.

Y en Málaga la ciudadanía y buena parte del mundo de la cultura en vez de alzar sus voces sobre este y otros muchos atropellos, dan la callada por respuesta.

Queremos agradecer a Laura Antúnez el habernos hecho llegar la fotografía.