viernes, 22 de marzo de 2013

Desastrosa reforma del nº7 de la calle Méndez Núñez para acoger una tetería.

Estado del inmueble antes y después de la intervención.
Hoy dedicamos la entrada a la lamentable intervención que ha sufrido un antiguo inmueble decimonónico para darle uso hostelero, una reforma nada acertada que podría calificarse como el “travestimiento” del conjunto.

La construcción del edificio se sitúa en 1859 según los datos que figuran en el catastro. Se trata de una pequeña construcción achaflanada que se adapta con maestría a una parcela irregular en esquina.

Tipológicamente la construcción que ha existido hasta ahora se correspondía con una vivienda de planta baja más dos alturas (B+2) separadas por líneas de imposta. La fachada que se abre a la calle Juan de Padilla tiene dos huecos por planta habiendo un balcón volado y otro antepechado cerrados todos con unas hermosas rejas de forja con un estilo cercano al modernismo. La fachada de la calle Méndez Núñez se compone de tres huecos por planta (si contamos también al balcón del chaflán), todos ellos volados y con las mismas rejerías que el resto del conjunto.

El bajo se encontraba muy desvirtuado por los locales comerciales que había acogido.

Tras años desocupado y tras ser puesto en venta, el edificio ha sido adquirido para acoger el denominado “palacio nazarí” un establecimiento hostelero que pretende “recrear” un espacio andalusí a consta de desvirtuar profundamente un edificio decimonónico en bastante buen estado de conservación. Ello denota una falta total de criterio artístico por parte de los promotores de este proyecto, más aún cuando podía haberse llevado a cabo el proyecto sin atentar contra esta construcción y cuando existen otros muchos inmuebles en el entorno que con una inversión relativamente “asumible” podrían haber albergado este espacio.

Así las fachadas han sido profundamente modificadas: se han suprimido los ritmos compositivos que venían dados por los volúmenes que aportaban los recercos de los vanos y las líneas de imposta, habiéndose “alisado” por completo las fachadas. Asimismo los vanos han sido reducidos y han pasado a estar ocupados por elementos seriados de inspiración neoárabe que supone un contraste nada armónico sobre un conjunto decimonónico.

Se ha eliminado la moldura que a modo de cornisa cerraba el conjunto y han desaparecido los recogeaguas. En el interior puede observarse cómo se han suprimido las distribuciones de los distintos espacios así como los techos originales (en los que no sería extraño que existieran molduras y yeserías muy típicas del siglo XIX). Por último la policromía elegida resulta pesada al haberse perdido también los contrastes cromáticos que se daban en la construcción anterior.

El único elemento que ha “resistido” a la intervención son las rejerías de los balcones.

El resultado es un conjunto estridente y profundamente desvirtualizado que supone un grave atentado sobre el patrimonio local en una intervención que no es otra cosa que un paso más en el parque temático en que se está convirtiendo nuestro Centro Histórico sin que desde la Gerencia de Urbanismo se adopten medidas encaminadas a garantizar la preservación del paisaje urbano.

viernes, 8 de marzo de 2013

Sobre los edificios situados entre las calles Trinidad Grund y Vendeja: abandono, incendio y hotel.


Vistas de fachada sur antes de ser parcialmente demolida, estado actual y edificio decimonónico.

Estado actual de la fachada norte.

El pasado día seis los medios locales se hacían eco del aparatoso desprendimiento de parte de la cornisa del llamado “Palacio de Trinidad Grund” en la fachada que da a la calle Vendeja con importantes daños a los vehículos estacionados en la calle. Lo cierto es que muchos (entre los que me incluyo) hacía tiempo que dábamos por salvado este interesantísimo edificio de finales del siglo XVIII tras la “esmerada” rehabilitación de la que fue fruto hace relativamente poco. Pese a lo aparatoso de los daños en la vía pública parece ser que no hay que temer por la integridad de este espacio situado entre las calles Trinidad Grund y Vendeja, es decir en los límites naturales de la ciudad a finales del siglo XVIII.

Sí nos preocupa, y mucho, el proyecto que contempla la construcción de un hotel en el número 3 de esta misma vía, con fachada a la calle Vendeja (número 4) y el edificio que hace esquina con la plaza de la Marina (número dos de calle Vendeja). Se trata pues de dos conjuntos diferentes en lo cronológico y en lo arquitectónico. El primero de ellos corresponde con una amplia casa barroca con fachada a las calles Trinidad Grund  (antigua del Peligro) y Vendeja construida a finales del siglo XVIII, por ello es prácticamente coetánea a la construcción del paseo de la Alameda sobre un arenal que existía frente a las murallas de la ciudad. Por ello, en el momento de su construcción, los edificios de esta calle eran los más meridionales de la ciudad, prácticamente junto a su puerto. Por ello no sería extraño conectar su construcción con la pujante burguesía que a finales del siglo XVIII floreció en Málaga y cuya principal baza era el comercio marítimo. De esta vocación comercial nos da cuenta la presencia tanto aquí como en otros muchos inmuebles de la zona (existentes o demolidos) de espacios destinados al almacenaje de géneros con el fin de ser redistribuidos posteriormente.

Tipológicamente habría que distinguir entre las dos fachadas del conjunto, siendo la principal y más ornamentada la que hoy se abre hacia la calle Trinidad Grund. Pese a ello este espacio ha sido fruto de un mayor número de intervenciones que han desvirtuado su imagen con la práctica desaparición del bajo y la modificación de algunos huecos en las superiores. La fachada se compone bajo más dos alturas (B+2), separados por líneas de imposta. En cada planta se abren cinco huecos. La portada de acceso se encuentra descentrada hacia la izquierda del conjunto. En el primer piso se abren cinco balcones alternándose los cierres panzudos con otros de perfil rectangular, mientras que en la segunda éstos son volados volviéndose a romper el eje de simetría al haberse eliminado uno de ellos. El conjunto se cerraba con el característico recogeaguas de cerámica verde y blanca, ya prácticamente perdido. Traspasando la portada existía un zaguán que daba paso a un pequeño patio al que se abrían balcones y que conectaba con la parte trasera del edificio. Bajo las sucesivas capas de cal se puede apreciar la presencia de pinturas murales que decoraban esta fachada.

Fachada norte en 1998. Fuente: Coaat.

La fachada sur del conjunto era de mayor sencillez, se componía también de planta baja más dos alturas (B+2) separadas por líneas de imposta. En cada altura se abrían cinco huecos, estando los dos de la izquierda contenidos en sendos balcones corridos mientras que los otros tres eran preñados y de perfil curvo en la primera planta (habiéndose arrancado), y volados en la segunda. Esta fachada cuenta con pinturas murales de tipo textural  (a base de líneas rehundidas en el paramento que enmarcan los ladrillos). Para proceder al desescombro del interior del conjunto se demolió la parte izquierda de la fachada.

Fachada sur en 1998. Fuente: Coaat.

En sus últimos años este edificio acogió diversos, fue casa de vecinos, tesorería de la seguridad social, pensión y gimnasio. Pese a ello se mantuvo en un estado de conservación aceptable hasta que fue abandonado a finales de los años noventa.

El otro edificio que compone el conjunto se encuentra haciendo esquina entre las calles Vendeja y Plaza de la Marina, data de finales del siglo XIX, siendo de estilo decimonónico burgués. Se trata de una construcción de planta baja más tres alturas (B+3). La fachada que da a la calle Vendeja es la mayor y más ornamentada. Cuenta con cuatro balcones volados por planta teniendo hermosos cierres de madera los de los extremos, mientras que los centrales aparecen decorados con recercos y sobredintes moldurados. La fachada a la Plaza de la Marina por su parte cuenta con tres balcones volados por altura.

Tras años de abandono, este conjunto fue adquirido con el fin de poder ser demolido y aumentar sustancialmente la edificabilidad en su solar (sobre todo en los edificios dieciochescos). Pese a contar con Protección Arquitectónica I (modificada y rebajada hasta tres veces para el encaje de los distintos proyectos), su propietario intentó sin éxito sacar adelante un proyecto de viviendas de lujo que chocaba con la protección del inmueble. Así las cosas en el año 2007 sufrió un aparatoso incendio (provocado) que prácticamente destruyó el conjunto (afectó sobre todo a las crujías que dan a la calle Trinidad Grund).Desde entonces lo único que se ha hecho para garantizar la conservación del mismo ha sido estabilizar las fachadas, terminándose de arruinar en este tiempo aquello que el fuego no consiguió. En el año 2008 el Ayuntamiento incluyó estos edificios en el “registro municipal de solares”  sin que desde entonces haya sabido encontrar una solución que garantizase efectivamente la conservación de un inmueble con protección arquitectónica.

Recientemente se ha conocido que el grupo hispano-norteamericano “Hurar Investment Group” se había hecho con estos inmuebles con el objetivo de sacar adelante un proyecto hotelero y comercial para este espacio. El proyecto contempla la demolición y el aumento de la altura de la fachada del edificio del siglo XVIII que da a la calle Vendeja, y ceñirse a la normativa para respetar del conjunto lo estrictamente necesario e intentar aumentar la edificabilidad todo lo que se pueda.

Desde estas líneas exigimos al Ayuntamiento de Málaga y a la Conserjería de Cultura de la Junta de Andalucía que exijan el cumplimiento estricto de la normativa en cuanto a la protección de este conjunto de inmuebles y que se ponga coto al afán puramente especulativo de algunos promotores a consta de valiosos vestigios del pasado de nuestra ciudad.