miércoles, 12 de agosto de 2009

Cementerio de San Miguel














El cementerio de San Miguel surge tras la Real Cédula de 1787 dada por Carlos III, la cual prohibía seguir enterrando en parroquias por razones higiénicas. Así se destinó un espacio fuera del núcleo urbano para habilitar la necrópolis de la ciudad por excelencia, el cementerio de San Miguel.
Este espacio sin embargo a lo largo del siglo XX quedó rodeado por barriadas que iban surgiendo en el entorno impidiendo su ampliación en caso de necesidad. Así en la década de los 80 al igual que el de San Rafael, se colapsó y fue clausurado en 1987 tras la inauguración del Parque Cementerio de San Gabriel entrando en un estado de dejadez (sin duda agravado por las inundaciones de 1989 que afectaron al conjunto) que han ido deteriorando el conjunto.

Su capilla, construida en 1837 fue remodelada con posterioridad por Cirilo Salinas quien adosó el panteón de la familia Heredia a la misma (ya que fueron los promotores de esta reconstrucción).

Así este espacio fue el elegido por la burguesía malacitana para enterrarse en suntuosos panteones de diversos estilos arquitectónicos diseñados por los mejores arquitectos radicados en la ciudad: Cirilo Salinas, Gerónimo Cuervo, José Trigueros, Manuel Rivera Valentín, Guerrero Strachan, etc. Y decorados por afamados escultores como Gutiérrez de León, Adrián Risueño, Francisco Palma, y Paulino entre otros.

El espacio llegó a albergar unos doscientos cincuenta panteones además de los distintos patios de nichos y las tumbas que fueron eliminados por el Ayuntamiento para construir un parque junto a la “zona noble “de la necrópolis.

Llegados a este punto y tras un paseo por el espacio su situación no podía ser más lamentable en el contexto de una rehabilitación que se eterniza a la vez que el deterioro del espacio es palpable. Un espacio invadido por basuras, ratas y la vegetación, panteones convertidos en vertederos y muy deteriorados sin que ni las administraciones ni sus dueños se hagan cargo de los mismos (no ya por los restos que albergan sino por su riqueza arquitectónica).

Las imágenes aunque escasas son suficientemente ilustrativas de la situación del espacio:

La portada del conjunto de estilo Neoclásico con la capilla al fondo del eje de axialidad y una verja de forja de 1853.
Una visión de detrás de la capilla con nichos abiertos.

El panteón de la familia Enríquez, con una obra de Gutiérrez de León en primer plano, un niño abrazado a una cruz.

Por otro lado una visión del más monumental de los panteones, el de la familia Heredia, de estilo neoclásico. Como pueden observar se encuentra lleno de vegetación y con una dejadez absoluta. La otra imagen es del interior del mismo, presidido por un monumento funerario atribuido a Paulino y situado bajo una bóveda de casetones que recuerdan a la arquitectura clásica. Pueden apreciar el espacio lleno de humedades, cartones y suciedad, sólo unas tristes flores de plástico adornan la morada de una de las familias que hizo de Málaga una referencia industrial en la España decimonónica.

El número de personajes ilustres enterrados en este lugar es amplio, políticos, pintores, arquitectos, poetas, escritores, etc. Para más información del conjunto aquí les dejo la web de la Asociación de Amigos del Cementerio de San Miguel, sin duda el espacio más completo sobre el conjunto: http://www.cementeriosanmiguel.com/
Esperemos que este espacio sea prontamente recuperado como lo que fue, uno de los cementerios más monumentales de España, un lugar que haga referencia a lo que significó en la Málaga decimonónica y a los usos funerarios de la época.




lunes, 3 de agosto de 2009

Cementerio Inglés












Pese a ser el primer cementerio protestante construido en España -fundado por el cónsul británico William Mark en 1830- y albergar entre sus muros los restos de algunos personajes ilustres (como Gerald Brenan, Rober Boyd, Jorge Guillén, etc), su estado de conservación es de lo más lamentable pese a las voces que reclaman su rehabilitación tras décadas de “abandono” y haber sufrido varios asaltos vandálicos que lo afectaron sustancialmente.

El espacio cuenta además con un buen número de especies botánicas que requieren unos cuidados que brillan por su ausencia. Así encontramos tumbas cubiertas por la vegetación, restos arquitectónicos esparcidos por el espacio, senderos invisibles, etc. Todo ello reclama una urgente intervención de las administraciones que permitan disfrutar de este rincón romántico a escasos metros de la Plaza de Toros de la Malagueta.

En las imágenes pueden observar una visión de algunas tumbas invadidas por la vegetación, un relieve del monumento funerario a los marinos alemanes de la fragata Gneisenau, los cuales perecieron tras chocar ésta en 1900 contra la escollera del puerto de Málaga, la cuidada escultura de algunos enterramientos, relieves desprendidos y la tumba del poeta de la Generación del 27 Jorge Guillén.