jueves, 15 de abril de 2010
Málaga ciudad ¿cultural?
Al malagueño siempre se le ha criticado su "pasotismo", a veces me pregunto hasta qué punto esto es cierto, dudo que en nuestra ciudad haya una conciencia ciudadana que propugne y luche la conservación y correcta rehabilitación de nuestro patrimonio histórico. Porque aunque así se nos venda, Málaga no es Picasso (que apenas vivió en ella sus primeros años,)ni un teatro romano (van a tener que pasar otros 2000 años para que se reinaugure), ni una hermosa catedral (ahora quieren terminarle la torre sur, como si no tuviese cosas más necesarias). Málaga es un todo compuesto por sus calles, sus gentes, sus casas, su urbanismo, sus balcones, sus pinturas murales, sus barrios, adarves, etc.
Y esto parece importar poco a las instituciones y más concretamente a un Ayuntamiento que concede licencias urbanísticas para el derribo de edificios históricos y la erección de obras impersonales, que atentan contra el lenguaje de los contextos donde se insertan.
En la Málaga del siglo XXI queremos obras de prestigiosos arquitectos a costa de destruir maravillosos ejemplos de nuestro pasado, así para que Moneo firme un hotel es necesario derribar todo el Hoyo de Esparteros, alterar la altura de la zona y dificultar la visión del centro desde el otro lado del Guadalmedina.
Promotores como el granadino Armando Robles (que rehabilita fielmente los edificios) o el propulsor del Museo del Vidrio, son una minoría frente a las ansias constructivas de un gran número de promotores y arquitectos a los que poco o nada les importa el patrimonio local, una mayoría con una falta de gusto y una falta de respeto por el patrimonio de la que hacen gala en cada una de sus obras.
A esto se suman políticas de lo que denomino "reinvención de la ciudad"; Málaga, una de las urbes más antiguas del mediodía peninsular ha de abrir calles y plazas donde nunca las hubo y recrear espacios fingidos, por ejemplo en la plaza de las Nieves, si en Málaga contábamos ya con una judería, qué mejor que derruirla para una vez desaparecida reinventarla con edificios actuales (en Málaga la arquitectura del XVIII se ve que nos sobra, por ello se elimina) y hasta una sinagoga, la jugada es perfecta, el gasto público queda justificado, y el arquitecto de turno se llena bien los bolsillos, total todo sea por “poder trabajar”.
La recién creada “plaza del Pericón” y la intervención sobre el entorno de la calle Pozos Dulces es otro claro ejemplo de la falta de interés, y por qué no, de respeto, hacia el trazado de la ciudad antigua y al rico patrimonio que aún encerraban sus calles, ¿no contábamos en Málaga con calles y espacios que correctamente rehabilitados podrían suplir estos burdos intentos de inventar una Málaga antigua donde nunca la hubo?.
Es curiosa la falta de respeto de muchos de estos arquitectos hacia verdaderos maestros de la arquitectura local, así nombres como Martín Aldehuela, Jerónimo Cuervo, Juan Nepomuceno Ávila, Guerrero Strachan, Rivera Vera, Rivera Valentín, Daniel Rubio, Diego Clavero, Daniel Rubio, José Trigueros, etc. Deben tener poco valor para esta nueva generación de “artistas”, muchos de los cuales no sienten ningún pudor al firmar obras de muy dudosa calidad a costa de la destrucción de magníficos ejemplos de la arquitectura civil malagueña de centurias pasadas.
Málaga ha asistido en las últimas décadas al deterioro primero y destrucción después de gran parte del centro histórico y los arrabales. Calles como Tomás de Cózar, Beatas, Arco de la Cabeza, Pozos Dulces, Muro de las Catalinas, Canasteros, Camas, Marqués, Carretería, Victoria, Chinchilla, Alta, Parras, Cerrojo, Zamorano, Ancha del Carmen, Peregrino, Trinidad, Ollerías, y un largo etcétera, han sucumbido o han sido gravemente alteradas perdiéndose valiosísimos inmuebles que han dejado paso a obras de pésimo gusto o a auténticos basureros.
A falta de un movimiento ciudadano que clame por preservar lo poco que queda de su patrimonio histórico-artístico, Málaga camina día a día hacia un centro histórico descontextualizado y cada vez más impersonal.
La imagen corresponde a un derribo en la calle Beatas.
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2 comentarios:
Genial artículo. Enhorabuena ;)
Es curioso, pero cada vez que bajo al centro pienso lo mismo. ¿Que diría Miguel de Molina si pudiese abrir sus ojos y pasear d enuevo por la calle que le vio nacer? seguramente se iría con al sensación de que se ha confundido de ciudad, y esque, nada o poco queda de aquellos barrios cuya popularidad dio artistas ten grandes como el citado. Pero eso no importa, Málaga aspira a ser una nueva New York, sin personalidad alguna, rehusando de algo que debiera ser orgullo, ser una de las ciudades más antiguas de occdente.
Siempre pensaré que la modernidad está en la mente d elas personas y no en lso cristales del nuevo edificio que se construyó sobre lso restos de un palacio barroco.
Hola, aquí va el enlace de un grupo sobre el barrio de la trinidad que he creado en Facebook...
http://www.facebook.com/#!/group.php?gid=94926263287
Saludos!
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