sábado, 10 de septiembre de 2011

Pasaje de Valentín Martínez








En el barrio de las Lagunillas, dentro del espacio comprendido entre las calles Cobertizo del Conde, Huerto del Conde y Alonso Benítez se encuentra uno de los conjuntos decimonónicos más interesantes de la ciudad. Durante la década de 1860 el arquitecto municipal Cirilo Salinas, proyectó un conjunto urbanístico que dio lugar a la apertura de un nuevo pasaje, el de Valentín Martínez. Se trató de una serie de edificios destinados a acoger diversas viviendas unifamiliares.

Tipológicamente el conjunto es de gran sencillez, construcciones con bajo más dos alturas. Una línea de imposta separa el bajo de la primera, mientras que en las plantas superiores no existe separación entre ambas. Las fachadas exteriores tienen balcones de tubo siendo de más vuelo los de la primera planta. Recorre el conjunto a modo de canalón un conjunto de tejas vidriadas en verde para facilitar la evacuación de las aguas de lluvia. En las esquinas de los edificios, la estructura se reforzó (más con un carácter ornamental) con sillares de cantería.

En este espacio se conjugan algunas de las ideas higienistas de la arquitectura decimonónica, estancias bien ventiladas, patios interiores (con una doble funcionalidad, iluminar y ventilar), viviendas más espaciosas, agua corriente, etc.

Pese a contar con protección arquitectónica de Grado II, las sucesivas reformas emprendidas por los distintos propietarios no han respetado la unidad estilística del conjunto, así se han suprimido balcones originales, eliminado ventanas, modificado alturas y recientemente durante la restauración del inmueble situado en el pasaje de Valentín Martínez nº 1 (haciendo esquina con la calle Cobertizo del Conde) se han eliminado (acabaron en una cuba de escombros) los antiguos canalones vidriados y han sido sustituidos por otros actuales de pvc.

En las imágenes pueden ver el conjunto antes y después de la intervención así como los antiguos canalones de cerámica vidriada en verde (hoy desaparecidos).

1 comentario:

Anton Ozomek, Geógrafo Outsider dijo...

Qué lástima que en esta tierra nuestra perdamos de forma irreversible el legado material de nuestros antepasados... directamente bajo las máquinas de demolición o, en el menos malo de los casos, con restauraciones realizadas por supuestos profesionales que o en realidad no tienen capacidad para realizar este tipo de trabajos, o bien los promotores que aportan el capital exigen trabajos de tan baja cuantía que resulta imposible restaurar y, como en este caso, se acaban tirando a la basura centenarios canalones de cerámica vidriada para sustituirlos con un material tan innoble y antiestético como el PVC. Enhorabuena por la entrada ya que esta zona de la ciudad histórica la desconozco bastante y tal vez esta información sirva para concienciar a las autoridades que nos (des)gobiernan. Saludos cordiales.