“Las demoliciones en el centro histórico siguen a buen ritmo”, éste podría ser el titular de una publicación periódica de la “Asociación Pro-destrucción del patrimonio malacitano” a la que bastantes figuras tanto del mundo público como del privado a nivel local habrían de integrar.
Ya lo anunciamos en este blog el 9 de Marzo de 2009 cuando denunciábamos el deplorable estado de la calle Juan de Málaga y su entorno, lugar donde en 2006 desapareció una interesantísima casona del siglo XVIII con torre-mirador y pinturas murales en su fachada. Ahora le ha llegado el turno al número seis de la mencionada calle, un modesto inmueble de planta baja más una (B+1) en la que destacaba un hermoso balcón preñado y los canalones de cerámica blanca y verde que recogían las aguas pluviales del tejado, edificio fechable a finales del siglo XVIII principios del XIX.
En el edificio colindante (el número cuatro) se están llevando a cabo derribos en su interior sin que tengamos la certeza de que finalmente se acabe demoliendo todo el conjunto.
Este inmueble pasa prácticamente desapercibido al viandante, siendo su parte más conocida la trasera que se abre al callejón que da a Cortina del Muelle. Esta medianera destaca por lo recio de los dos potentes contrafuertes que sirven para sustentar el conjunto y que nos hablan de un urbanismo que prácticamente ha desaparecido desde la segunda mitad del siglo XX.
Su fachada principal, se divide en tres alturas más entreplanta (una altura considerable para la época, acercándonos a modelos coetáneos muy comunes en Cádiz) y se corona al igual que el desaparecido edificio vecino por el canalón de cerámica vidriada. Sobre el vano de la puerta principal se abre un óculo enmarcado por una moldura rectangular. A ambos lados de esta ventana se abren sendos balcones sobre ménsulas en los que destaca la factura de las rejas de forja rematadas en las esquinas por bolas. En la segunda planta se abren balcones antepechados en los extremos y una ventana central sobre la que vuelve a abrirse otra ovalada a modo de óculo. El esquema vuelve a repetirse en la última planta, aunque la ventana central aparece enrejada y cubierta por un tejadillo. Sabemos que este edificio contaba con otra torrecilla-mirador de la cual desconocemos si ha sido demolida en los derribos que se están llevando a cabo en su interior.
En la primera imagen tienen el inmueble ya demolido. La segunda recoje la parte trasera del edificio en el cual se están llevando a cabo derribos, mientras que en la última tienen la fachada principal de éste.
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