El desarrollo urbano de las calles Madre de Dios y aledañas
debe mucho a la instalación en 1509 del convento de la Merced en un espacio situado
frente a la antigua puerta de Granada, lugar donde las fuentes indicaban que se
guardaba el ganado en época medieval y del que los cronistas cristianos dan una
imagen baldía. La construcción del convento y la pacificación del reino de
Granada, supuso que paulatinamente la población se fuese instalando en este
antiguo arrabal musulmán. Así ya en planos del siglo XVII aparece una primera
configuración de la zona. Pero es en el siglo XVIII cuando estas calles se
pueblan de edificios barrocos en lo que podemos calificar como un “urbanismo
ilustrado” a pequeña escala, con calles rectilíneas y de una anchura
considerable para la época. La zona cambió bastante durante el siglo XIX a raíz
de las desamortizaciones, las cuales afectaron al Convento de la Merced, que
fue clausurado y convertido en cuartel para posteriormente ser demolido –a
excepción de la iglesia que fue destruida en los sucesos de 1931 y demolida por
el obispado en los años 60-. Así se abrieron nuevas vías (como las calles Gómez
Pallete y Ramos Marín) a la vez que la pujante burguesía local elevó el “Circo
de la Merced” en el lugar que años después habría de ocupar el Teatro
Cervantes.
El edificio al que hoy nos referimos es el nº10 de la calle
Madre de Dios, una obra entre medianeras cuya construcción debe situarse en la
última década del siglo XVIII, siendo un excelente ejemplo del barroco-clasicista
en la ciudad y mostrando similitudes estilísticas con otros edificios
coetáneos.
En el primer tercio del siglo XIX se debió acometer alguna reforma de
importancia que entre otros cambios supuso la sustitución del tejado por una
azotea, haciendo referencia de “1833” una cartela situada sobre la clave
central de la puerta de entrada.
Su fachada se compone de un bajo y entresuelo englobados
homogéneamente, dos alturas, y una azotea cerrando el conjunto. La fachada es
prácticamente simétrica, otorgando a la composición una gran armonía en cuanto
a las proporciones y decoración. En el centro se sitúa una esbelta portada de
pilastras dóricas cajeadas que se desarrollan en altura hasta el primer piso
sosteniendo un entablamento muy moldurado.
El dintel de acceso aparece adovelado y con una cartela en la clave central que corresponde a un periodo posterior al de su construcción, así se indica “N21/M.104/1833” (nº21 -hoy es el nº 10-, manzana 104, año 1833) Sobre la puerta se abre un óculo cuadrifoliado de gran belleza cerrado con una artística reja de forja. A ambos lados de la portada se abren sendos balconcillos, habiéndosele añadido, ya en el siglo XIX, un cierro al de la izquierda.
Una gruesa imposta separa el cuerpo inferior de la primera
planta, la más monumental de todas, cuenta con tres huecos unidos por un balcón
corrido de escaso vuelo, los vanos aparecen enmarcados por una gruesa moldura
plana, siendo rematados por frontones, curvos los de los extremos y triangular
el central. Este esquema guarda un gran paralelismo con el inmueble nº 18 de la
Alameda principal –hoy sede de la Delegación del Gobierno andaluz-, siendo
ambos muy cercanos en el tiempo y estando muy influidos por las obras que se
desarrollaban en la Aduana, edificio que introdujo el neoclasicismo en nuestra
ciudad.
En la tercera planta se abren tres balconcillos volados,
estando el central coronado por un cierro poligonal de madera muy similar al de
la entreplanta.
Vista del nº18 de la Alameda Principal, con el mismo modelo arquitectónico en la primera planta.
La azotea se cierra mediante una reja de forja entre recios
pilotes coronados por lo que parecen ser cestos o macetones correspondientes al
siglo XIX.
En los extremos de la fachada habría que destacar los
sillares almohadillados que la recorren en altura enmarcando el conjunto.
En su interior sabemos de la existencia de un patio alargado
del cual no podemos hablar dada la imposibilidad de acceder al mismo y a la
inexistencia de imágenes.
Después de años de abandono, el estado del inmueble es
bastante preocupante, más cuando carece de protección arquitectónica, algo que
es difícil de comprender en un palacete de tanta calidad arquitectónica. Además
se ha instalado una red para dar el aspecto de “peligro” a la vez que se han
dejado abiertas las ventanas para favorecer que las aves y la humedad
deterioren el conjunto.
Por ello vamos a promover una campaña para exigir que se
adopten medidas efectivas encaminadas a la protección efectiva de este inmueble y en los
próximos días se colgará un modelo para ser presentado en urbanismo.
Queremos agradecer a Jose Luís López el habernos facilitado las imágenes.
4 comentarios:
Gracias. Magnífico trabajo de documentación, aviso y alerta de este nuevo caso de destrucción programada de nuestro patrimonio histórico facilitado por un Ayuntamiento de Málaga y una Consejería de Cultura del todo incompetentes en esta materia.
¿Los "sucesos del 31"?
Si, en un edificio de hace cincuenta años, se hubiera cambiado el tejado por una azotea, habrías puesto al propietario y al ayuntamiento a parir.
Pero claro, como lo hicieron hace siglos, mola.
Respondiendo a los seguidores:
Anónimo: Sí sucesos del 31, la quema de conventos, o cómo lo quieras llamar.
Tadeusz Kantor: Me limito a describir un proceso histórico por el que ha pasado el edificio, me guste más o menos. Si se me requiere mi opinión, quizás hubiese mantenido el tejado. Y creo que tienes un concepto equivocado; no todo lo "viejo" es digno de ser conservado, sino aquello que es de calidad, identificativo de una época o un estilo, y este edificio como muchos otros desaparecidos lo es. Por cierto la arquitectura sesentera no me agrada especialmente, por no decir que no me gusta nada en su vertiente local.
Si alguien se siente "dolido" o "molesto" porque recuerde el papel y responsabilidad que las administraciones tienen en este tema, le ruego que no lea este blog, puede sentirse gravemente ofendido.
Publicar un comentario