sábado, 6 de octubre de 2012

Corralones en la calle de las Lagunillas







La zona de las Lagunillas nunca fue un espacio socialmente homogéneo. Así pues, en sus inmediaciones podían apreciarse desde corralones de vecinos hasta viviendas pequeñoburguesas.

Lo cierto es que la degradación de la calle de las Lagunillas no se vio acompañada de un agudo proceso especulativo, en buena parte por ser un espacio que quedaba “al margen” de zonas que gozaban de más centralidad, además de lo poco atractivo de la zona tras establecerse decenas de viviendas sociales en su entorno. Todo ello hizo que la calle mantuviese gran parte de su fisonomía hasta hace pocos años, momento en el cual surgió la idea de las “tecnocasas” y  se diseñó una promoción en esta calle. 

El proyecto  supuso –como ya decíamos en publicaciones anteriores- la prohibición por parte de los propietarios de intervenir en los inmuebles a la espera de su  expropiación por la Junta de Andalucía. Obviamente hay que admitir que pese a que este proceso haya caído en saco roto, muchas de las viviendas se han conservado –abandonadas-, acelerándose su proceso de ruina, tras lo cual su fin siempre es el mismo: la piqueta.

A día de hoy en la calle de las Lagunillas se conservan tres corralones, uno rehabilitado y otros dos totalmente arruinados y casi desaparecidos. Nos vamos a centrar en estos dos, los correspondientes a los números 42 y 44 de dicha vía.

Ambos carecen de cualquier elemento distintivo que advierta al viandante de lo se esconde tras las fachadas. De hecho, éstas se asemejan  estilísticamente a cualquier vivienda obrera de finales del siglo XIX, planta baja con portal más una altura (B+1), tras lo cual se abren cuatro patios muy alargados (dos por fachada) que comunican las distintas salas que conforman el corralón.

En un principio ambos inmuebles quedaban dentro del plan de las tecnocasas, por lo al no gozar de ningún tipo de protección arquitectónica, serían demolidos para llevar a cabo el proyecto. Ahora que el mismo se encuentra en un punto muerto y sin que ni las administraciones ni los propietarios de los inmuebles puedan llevar a cabo ninguna intervención, el abandono y la ruina avanzan a pasos agigantados ayudados por actividades humanas –alentadas por la propiedad- destinadas a ir demoliendo el conjunto sin que sea perceptible desde el exterior.

Si bien es perfectamente lógico que estos corralones no reproduzcan las condiciones de vida que se dieron en otros tiempos, sí defendemos que se conserve en lo posible su tipología como se consiguió (curiosamente de la mano del mismo redactor del proyecto de las tecnocasas, Salvador Moreno Peralta) en el corralón de Santa Sofía en los años noventa.

Las imágenes ilustran el deplorable estado de ambos corralones tras continuas acciones encaminadas a su total ruina.

No hay comentarios: