domingo, 9 de diciembre de 2012

Sobre la declaración de la fiesta de los patios como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco: el caso malagueño.

Distintos ejemplos de patios andaluces en Córdoba, Málaga, Granada y Sevilla.


El pasado 6 de Diciembre la Unesco declaraba (por fin) Patrimonio Inmaterial de la Humanidad la fiesta de los patios cordobeses, un evento singular que tiñe de color y gracia las primaveras de la antigua capital Omeya. Qué duda cabe que ello ha sido posible con la suma y el esfuerzo de muchos, los propios vecinos, colectivos ciudadanos, ayuntamientos sensibles a la fiesta y una correcta conservación del espacio protagonista el PATIO.

El patio como elemento articulador de un espacio, facilitador de relaciones interpersonales, espacio que ilumina, ventila, refresca el ambiente, mantiene la humedad en los calurosos veranos meridionales, ofrece el espacio para trabajos manuales, donde estaba colocado el brocal del pozo e innumerables macetas, donde y las señoras se arremolinaban en torno a los lebrillos para lavar la ropa, etc.

Puede afirmarse que el patio es la esencia de la casa mediterránea, un elemento imprescindible desde la Antigua Grecia, desarrollado por romanos y culminado bajo dominación musulmana, cuya tradición hicieron suya los cristianos tras la reconquista para legarla a las generaciones venideras. No fue hasta la globalización de la arquitectura en la segunda mitad del siglo XX con el denominado “Estilo Internacional” cuando esta tradición se perdió a favor de una arquitectura más impersonal, más seriada, menos proclive a las relaciones sociales entre sus habitantes.

Al igual que en Córdoba, en Málaga el patio constituía el elemento vertebrador de su vivienda típica entre los siglos XV y XIX.  En el último tercio del siglo XIX y coincidiendo con su despegue económico, la población de Málaga aumentó considerablemente fruto de la emigración rural sin que las propias infraestructuras de la ciudad estuviesen preparadas para soportar tal presión demográfica. Fue entonces cuando las propias élites económicas promovieron la construcción de los famosos “corralones malagueños”, que no eran otra cosa que viviendas plurifamiliares cuya esencia es el patio.

En Córdoba encontramos los patios, distribuidos por todo su centro histórico, en Sevilla la corrala, presente en barrios como Santa Cruz y Triana, en Granada el corral, presente en su centro histórico y barrio del Albaicín, y en Málaga el corralón, ¿dónde están los corralones?, contábamos con decenas de ellos en barrios como el Perchel, Trinidad, Molinillo, Goleta, Victoria, Bulto, etc. Hoy en día sólo se ha “rehabilitado” uno, el de Santa Sofía en la calle Montes de Oca, se han reconstruido dos en calle Feijoo, queda otro seriamente amenazado, el de las Dos Puertas, otro par en ruinas y el resto han sido demolidos. Por eso Málaga –capital-nunca podrá ser Patrimonio de la Humanidad en nada, no somos una ciudad modélica en lo que al tratamiento de las costumbres o espacios se refiere, los barrios históricos fueron heridos de muerte desde los años sesenta, y paulatinamente destruidos; en su centro histórico no cesan las demoliciones y la cultura es entendida desde su ayuntamiento a base de talonario y cifras astronómicas.

Corralón de Santa Sofía (2008), Dos Puertas (2012) y calle Blas Palomo en el Palo -años 60-.
Tipológicamente todos responden al mismo esquema, con las estancias o "salas" estructuradas en torno a uno o varios patios. Sus cronologías son muy amplias, conociéndose ejemplos que van desde la dominación musulmana hasta construcciones recientes que han sabido mantener este modelo arquitectónico. En Málaga, seguramente ya se diesen casas de vecinos en el siglo XVI, sin embargo las más antiguas que se conocen han correspondido a reocupaciones de edificios de los siglos XVII y XVIII, como por ejemplo ocurrió en el antiguo Mesón de la Victoria (hoy rehabilitado con acierto como Museo de Artes y Costumbres Populares) o la Casa del Obispo en el perchel (sede de la EPSA) de la que sólo se conservó la primera crujía.

Los ejemplos de viviendas unifamiliares sí son más numerosos, aunque al menos en el caso malacitano también menos accesibles.

Desde este rincón queremos felicitar a Córdoba y a los cordobeses que con su constancia y buen hacer han conseguido culminar un largo camino con el mayor reconocimiento cultural a nivel internacional, reconocimiento que por sí sólo supondrá aumentar el ya importante flujo de visitantes que eligen Córdoba como destino de vacaciones, con los beneficios económicos en todos los sectores que ello conlleva. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Es de verdad tan comun el patio andaluz en el llamado centro de Malaga?
Mas alla de casos muy concretos me parece que la Gerencia de Urbanismo es contraria a esos patios andaluces que en sus palabras no guardan relacion con la "tipologia de la zona" Centro.
Trinidad -Perchel no es Pepri Centro.
Algo de razon deben tener ,si uno mira los alrededores de la calle de la Victoria por ejemplo,lo que ve, son patios minusculos,desde luego, no casas de vecinos en torno a un patio.¿Es por que son casas antiguas pero no tanto?Quiero decir ¿Es porque en el siglo XIX en Malaga ,la idea del corralon era ya algo considerado obsoleto o antihigienico?

Salvemos Málaga dijo...

El patio andaluz entendido como patio de vecinos con macetas, fuente, etc.sí que fue común hasta que las desamortizaciones cambiaron radicalmente el tejido urbano de Málaga con transformaciones inmobiliarias puramente especulativas -por parte de la burguesía local-.
A partir de este momento las casas de vecinos desaparecen (por el aumento del precio del suelo entre otros motivos) prácticamente del centro de la ciudad para trasladarse a barrios periféricos.

En espacios como las calles Tomás de Cózar, Pozos Dulces, Muro de las Catalinas, sí hubo casas de vecinos -que no corralones- que en muchos casos vinieron a ocupar antiguas casonas de los siglos XVII y XVIII. Por ello sí que es cierto que la tipología mayoritaria en el centro de la ciudad no es la de casa tradicional andaluza sino la vivienda burguesa (aunque a veces sí que incorpora elementos de la casa tradicional).

Sobre el tamaño de los patios, las dimensiones dependen de muchos factores, de hecho en algunos corralones son minúsculos. El patio andaluz no entiende de tamaños, lo importante es su presencia y que sea capaz de cumplir con todas las funciones destinadas a desempeñarse en él. El de la Victoria quizás fuese el barrio más heterogéneo en cuanto a estratificación social de Málaga, habitando en él desde burgueses a obreros, y de ello son muestra la diversidad de tipologías constructivas que se da en la zona.

Tienes razón cuando mencionas la visión del corralón como espacio obsoleto e antihigíenico, ello fue muy común a lo largo del siglo XIX,de hecho cuando se proyectó el barrio obrero de Huelin en los años 70 del siglo XIX, se hizo partiendo de una idea totalmente revolucionaria en la ciudad, según la cual cada familia tendría acceso a una vivienda independiente del resto, ello suponía una serie de ventajas que iban desde las mejoras higiénicas hasta el control de la conflictividad laboral al desaparecer los lugares de "interacción social" -tabernas y corralones-, como decía Alfredo Rubio: "corralones enteros se adscribían con idéntica intensidad a una devoción religiosa o a una ideología política".

Un saludo.