viernes, 12 de agosto de 2011
Derribo en calle Madre de Dios nº19 y 21
a
Málaga como ciudad cosmopolita, moderna y abierta donde las haya pretende situarse a la vanguardia del “progreso”, el buen hacer y la arquitectura de calidad, ello se percibe en el inmenso desdén hacia aquello que representó la mediocre ciudad del pasado según la visión de los técnicos de la muy afanada Gerencia Municipal de Urbanismo.
En estos días se está procediendo a la demolición de los inmuebles números 19 y 21 de la calle Madre de Dios, edificios que correspondían al siglo XIX, y cuyo estado de conservación hubiese permitido una correcta rehabilitación que los hubiese devuelto a su antiguo esplendor.
El inmueble número 19 corresponde a una obra del último cuarto del siglo XIX. Tipológicamente se trata de una vivienda de planta baja más dos alturas. En las alturas superiores se abren cuatro balcones por planta, siendo antepechados los centrales y con hermosos cierros de madera los de los extremos.
Pese a haber sufrido importantes reformas posteriores, el número 21, también de la segunda mitad del siglo XIX, conservaba dos balcones con arbotantes que le daban un cierto aspecto arcaizante. Así tras haber sido despojado de herrajes y balconadas, se ha comenzado su completa demolición, sin ni siquiera hacer uso del tan manido “fachadismo” que en muchos casos impera en nuestra ciudad.
No muy lejos de allí, hoy se ha abierto al público la parte central de la Plaza de la Merced, la cual dicen ha ganado en espacio, a la vez que ha perdido en sombra, los hermosos bancos marmóreos, los desniveles que circundaban el obelisco, los guijarros, los kioscos y los palomares. Si bien las obras no se finalizarán hasta octubre lo cierto es que la obra ha contribuido innecesariamente a la pérdida de algunos elementos señeros de tan importante espacio cívico.
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3 comentarios:
No hay que olvidar que tambien van a derribar un edificio de calle San Juan
Mientras otras ciudades ponen su empeño en conservar estilos arquitectónicos de distintas épocas, aquí en Málaga nos empeñamos en borrar nuestra historia. Una pena.
Es impresionante acercarse al hueco que han dejado estos inmuebles. Son las mismísimas fauces hambrientas de la especulación. Da miedo, mucho más que lso bellos edificios del XIX que lo ocupaban.
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