Vista del estado del nº8 previo a su demolición. |
Vista del solar del nº8 de la calle Postigo de Arance. |
Vivienda nº3, con pinturas murales, demolida en 2010. |
Hasta no hace muchos años la calle Postigo de Arance constituía una de las vías con más edificaciones barrocas del centro de la ciudad, así en ella coexistían desde sencillas viviendas unifamiliares dieciochescas (todas demolidas, como la nº 3) hasta auténticos palacios como el nº9 (con sus interesantísimas pinturas murales), que a día de hoy es el único ejemplo barroco de la calle.
Más discreto en lo ornamental pero no menos interesante era
el nº8 (justo enfrente), una vivienda de planta baja más dos alturas (B+2),
típicamente barroca datable en el último tercio del siglo XVIII.
La primera planta se componía de tres vanos, con balcón
volado el de la izquierda, mientras que otro balcón corrido sustentado por
arbotantes englobaba el vano central y derecho del conjunto, dando una visión
asimétrica del conjunto.
Una línea de imposta separaba esta altura del piso superior,
éste totalmente simétrico con tres balconcillos antepechados de escaso vuelo.
Tras años de abandono (con la consabida apertura de puertas
y ventanas, aparición de humedades y acumulación de basuras) el estado del edificio
hacía prever cual iba a ser su futuro más inmediato en una ciudad en la que “cuesta”
otorgar protección a interesantes muestras de centurias pasadas y en la que se
es especialmente diligente a la hora de firmar permisos de demolición.
Lo cierto es que el pasado ocho de marzo se llevó a cabo la
demolición completa del inmueble sin que por parte de la administración competente
se obligase al menos a conservar la fachada de tan característico edificio.
Desconocemos si dada la cronología del inmueble y su
tipología, se realizaron las oportunas catas en su fachada destinadas a
documentar la posible presencia en la misma de pinturas murales, teniendo en
cuenta que todos los edificios coetáneos de esta calle así como de la vecina
Nuño Gómez albergan o albergaban programas decorativos correspondientes al siglo XVIII.
Tampoco si se han recuperado los elementos de forja de su característico balcón
sustentado por arbotantes
1 comentario:
Lo de nuestros munícipes no tiene nombre. En aras de una pretendida modernidad, están arrasando con todo el urbanismo histórico malagueño. De tal manera que tenemos una ciudad sin historia, en la que prima la especulación. Manolo Morales
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